viernes, 15 de junio de 2012

Sin respuesta.

Jamás lograré entender a las personas. La gente, la sociedad, el mundo en general. O más todavía: la vida en si. ¿Qué coño es todo esto? ¿Qué hacemos existiendo? Todo un misterio, sí. Algo que no creo que se consiga averiguar. Al fin y al cabo, no podemos entenderlo todo. ¿Os imagináis una vida sabiendo el por qué de todo? Yo tampoco. No tendría sentido vivir sin misterios.
El mayor misterio de todos, somos nosotros mismos. Formas de actuar, pensar, sentir, que ni la misma persona entiende. Nos contradecimos tanto, que incluso contradecimos el hecho de contradecirnos. ¿Y por qué tenemos la capacidad de contradecirnos? O la de entender, la de que querer saber, la de decidir, la de amar. ¿Por qué todo esto? Un misterio. Como todo.
Pero los misterios no están para entenderlos. Sino ya no serían misterios.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Levántate del suelo.

Estoy segura que muchos de vosotros habéis deseado desaparecer alguna vez. Habéis pensado que no tenéis sitio en este mundo, que no importáis a nadie. Que el mundo estaría mejor sin vosotros. Decís estar seguros, que no servís para nada. Pero eso no tiene por qué durar para siempre. Podéis hacer que todos esos sentimientos, queden en el pasado, como un mal momento que pasasteis. Es tan simple como proponérselo. Solo tenéis que pensar en la gente a la que habéis hecho sonreír alguna vez. Recordad su sonrisa. Recordad lo felices que eráis al ver que esa persona querida estaba sonriendo por ti.
Quizá verlo todo en positivo sea malo, pero verlo todo en negativo lo es más. Si pensáis que sois unos fracasados, lo acabaréis siendo. Por eso, tenéis que empezar a pensar que si existís es por algo. Aprovechad la vida que os han dando, no la malgastéis lamentando vuestros errores.  No es fácil, lo sé, pero tampoco es imposible. Si te ves capaz de hacerlo, lo serás. Enfrentad los problemas con una sonrisa en la cara, con valentía. No os escondáis de ellos. Y en cuanto lo hagáis, todo será más fácil. Levántate del suelo, y sigue adelante, pero siempre, con la sonrisa en la cara.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Hope.

Una vez oí a alguien que dijo: rendirse es de débiles. Y así es. Nos rendimos por miedo a lo que puede pasar. Miedo. Esa palabra que todo ser humano conoce, la palabra más temida. Nadie nos impide luchar. Nada nos impide ser mejores. ¿Para qué, entonces, echarnos atrás? Rendirse es siempre la primera opción, la más fácil. Pero no la que debemos escoger. Siempre, debemos luchar. Porque si nos lo proponemos, podemos conseguir lo que queremos. Y debemos tener esperanza para ello. Si se pierde la esperanza, todo se acaba. El miedo no puede vencer la esperanza, no si la tienes. Debemos esforzarnos a ser mejor, a superarnos a nosotros mismos. Sin que nada nos lo impida. Podemos conseguirlo. Podemos conseguir esos pequeños momentos de felicidad que tanto deseamos conseguir. Podríamos ser invencibles, con esperanza, y sin miedo. Sí, tú, que estás leyendo esto. Tú también puedes ser invencible. Y para eso debes confiar en que puedes. Puedes llegar a ser lo que quieres ser. Así que no dudes, y nunca pierdas la esperanza.

martes, 8 de noviembre de 2011

¿Cuentos de hadas?

Es como creer en un cuento de hadas. Creerte una princesa, esperar a que llegue algún día tu príncipe azul. Ese príncipe que te sacará del dolor y te llevará a la felicidad. Ése que te hará sentir como una verdadera princesa. Ése típico cuento de hadas en que todo acaba bien. Ése imposible cuento. Crees en un cuento, que algún día te llegará tu príncipe, que te salvará. Es entonces cuando abres lo ojos. Abres los ojos y caes en el cruel mundo, en la realidad. Donde no todos podemos ser príncipes ni princesas. Donde no existen los finales felices. Donde tienes que aprender a vivir, con ayuda o sin, con suerte o no. Donde lo único que quieres es alejarte de esa cruda realidad…
Y nos preguntamos, ¿de verdad tiene que ser todo tan difícil? ¿No hay una posibilidad de hacer que todo sea mejor? Pero normalmente no obtenemos respuesta alguna. Todo depende la suerte de cada persona. Y, la suerte, ¿quién la decide? Esa cantidad de preguntas que pueden pasar por tu cabeza, que jamás podrán ser respondidas.
Así pues, ¿por qué de pequeños nos acostumbran a los cuentos de hadas, si en verdad no existen? Nos intentan hacer ver que todo es posible y bonito, pero no es así. Aún así, nos engañan. ¿Por qué? Quién sabe. Así de pequeños somos felices, y cuando nos vamos haciendo mayores caemos de cabeza en la realidad.